Hay un gas en el aire llamado radón. Este gas es muy especial porque es radioactivo, lo que significa que emite pequeñas partículas que pueden dañar nuestra salud si las respiramos en grandes cantidades. El radón se forma de manera natural en la tierra cuando un tipo de mineral llamado uranio se descompone lentamente.
El radón es un subproducto de la descomposición del uranio, y su historia está estrechamente relacionada con el descubrimiento del elemento radioactivo. En 1898, los científicos Marie y Pierre Curie descubrieron el radio, un elemento altamente radiactivo, a partir del mineral de uranio llamado pechblenda. El radio era una sustancia desconocida hasta entonces y fue el primer elemento que demostró ser altamente radiactivo.

En 1900, Friedrich Ernst Dorn, un químico alemán, observó que el radio emitía un gas invisible y lo llamó “emanación de radio”. Posteriormente, se descubrió que esta emanación de radio era en realidad el gas radón.
Cuando hay edificios abandonados, especialmente aquellos que han estado cerrados por mucho tiempo, el radón puede acumularse en su interior. Esto sucede porque no hay suficiente ventilación para que el gas se disperse al aire libre. A medida que el radón se acumula, las personas que ingresan a esos edificios abandonados corren el riesgo de inhalarlo.
La inhalación prolongada de altas concentraciones de radón puede ser peligrosa para nuestra salud, ya que aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón. Por lo tanto, es muy importante tomar medidas para reducir los niveles de radón en los edificios abandonados y en cualquier otro lugar donde pueda acumularse en cantidades perjudiciales.
Para saber si un edificio abandonado tiene niveles altos de radón, se pueden realizar pruebas especiales. Estas pruebas miden la concentración de radón en el aire y nos indican si es necesario tomar medidas para reducirlo. Si se encuentran niveles altos, se pueden tomar medidas como sellar grietas y aberturas en el suelo y las paredes, mejorar la ventilación del edificio y, en casos más extremos, instalar sistemas especiales para eliminar el radón.
Recuerda que es importante estar consciente de los riesgos del radón y tomar las medidas necesarias para proteger nuestra salud cuando estemos en edificios abandonados o en cualquier otro lugar donde pueda acumularse.